SITUACION ASTRONOMICA

EL MUNICIPIO ANTONIO PINTO SALINAS SE ENCUENTRA LOCALIZADO GEOGRÁFICAMENTE ENTRE LOS PARALELOS, 8°22´58“ Y 8°25´22“ DE LATITUD NORTE Y ENTRE LOS MERIDIANOS 71°40´04” Y 71°40´21” DE LONGITUD OESTE.

lunes, 17 de diciembre de 2012


Foto: Licdo. Jesús Eduardo Otálvares Ontiveros
El propósito de este Blogs, es generar en síntesis una Historia del Municipio Antonio Pinto Salinas que de forma general sea una referencia de nuestro desarrollo histórico. Ya que, en gran parte que las nociones que se han transmitido de la historia de este pueblo resultan parciales y limitadas en cuanto a que espacialmente se desconocen sus especificidades regionales, temporalmente se ignoran las particularidades que han caracterizado a la evolución de este Municipio. Estos trabajos son apreciaciones generales que no resultan de lo que fue la actuación de un pueblo sino de un personalismo, que algunos aficionados a la historia quieren dejar como hecho histórico.

Licdo. Jesús Eduardo Otálvares Ontiveros 
HISTORIADOR-CRONISTA
COORDINADOR

IGLESIA EN HONOR A NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN: PATRIMONIO CULTURAL SANTACRUCENSE



La herencia histórica que han dejado nuestros antepasados, corresponde a ese aprecio y apego por dejar sembrado la semilla de una nueva sociedad, capaz de cosechar cual sueño quisiera alcanzar, uno de los grandes sueños de la sociedad Santacrucense de mediados del siglo XX fue la construcción del templo Nuestra Señora del Carmen, esta obra arquitectónica de belleza única y de estilo sin igual, hoy día es patrimonio  monumental en Venezuela.  Se distingue por su gran torre, considerada por su majestuosidad, estilo y altura una de las tres mas altas en Venezuela.
A comienzos de los años veinte, las autoridades eclesiásticas motivan a los pobladores y las autoridades parroquiales en la construcción de un nuevo templo, este se ubicaría en la parte alta de la Plaza Bolívar de del poblado.  Ya capitalizado este sueño, el 06 de enero de 1922, es colocada la primera piedra por el presbítero Luís Apolinar Granados, hecho que lo hizo meritorio por se un luchador inalcanzable en beneficio de la sociedad santacrucense.
Esta  imponente construcción, considerada símbolo y legado histórico patrimonial de la ciudad,  contó con la ayuda y participación de técnicos de altura; lo mejor que pudo conseguir en la región y algunos venidos de extranjero, como lo fue el Ingeniero, diseñador y Arquitecto Luigi Bosetti de origen italiano, el maestro Encarnación Roa en la dirección de la mano de obra, ayudando en la carpintería y ebanistería, los maestros Don Pompilio Rujano, Don Vicente Ramírez y Don Pedro Morales.
Los trabajos iniciaron en la parte posterior de la antigua y vieja iglesia, ya que se comenzó desde el presbiterio de atrás hacia adelante, en la que la intervención de los feligreses como coayudantes, fue evidente y necesaria con la bendición de la Providencia Divina. En efecto, la parroquia Mora contaba con algunas haciendas en la que existían hornos para la elaboración de la cal y otros para la elaboración de ladrillos y tejas. De modo que, para la construcción de las estructuras del nuevo templo, solamente se usaron como materiales foráneos el cemento y la cabilla, pues la cal, los ladrillos y las tejas aquí se producían y en su mayoría fueron aportados en forma gratuita.
No es casual que este desarrollo económico y poblacional constituyó un factor predominante en su historia y parte de ello tiene su explicación y fundamento en la explotación del cultivo del café. La formación de “Grandes Unidades de Producción”   y la atracción a ellas de oriundos e inmigrantes europeo en especial italianos, favoreció en el  incremento de siembra del cultivo del café, estableciéndolo como principal soporte económico durante tiempos significativos.
Y iniciado el año 1929, la construcciones estaban ya bastante adelantadas, ya se tenia gran parte de la sólidas bases de este templo de la “Virgen del Carmen”, aunque en ese mismo año la crisis económica a nivel mundial, reduce la colaboración gubernamental  y para los años 30, fue difícil recaudar un aporte,  y ese de la mano de ese pueblo generoso que hizo posible la continuación de majestuosa obra. Durante 27 años algunas familias se comprometieron a suministrar la alimentación al personal operante en la construcción, quienes se turnaban cada semana trabajando un día gratis.
De 1932 a 1933 fueron periodos de preocupación: la crisis afectó el  la economía del pueblo y a su vez trabajo, por ende la ayuda para continuar con la construcción del templo fue menguada. En 1937 subió el precio del café, lo que ocasionó la animación del Padre Granados y permitió que se concluyera el presbiterio.  Además el pintor Marcos León Mariño, concibió y ejecutó el gran mural en el que plasmó “la entrega por parte de la virgen del Carmen, de su escapulario a San Simón Stock”.
La vida continúa, el tiempo transcurre, y en el nuevo templo, la colocación de ladrillo sobre ladrillo ya va dando su impresión de majestuosidad. Durante esa misma década de los años 30, pasaron por Santa Cruz de Mora, Tenientes- Curas, Neo Sacerdotes: José Humberto Quintero; Rafael Pulido Méndez, Humberto Contreras, Antonio Ignacio Camargo; Rafael Chacin, actuaron como colaboradores del Padre Luís Apolinar Granados. Estando a la cabeza del arzobispado José Humberto Quintero quien fue para este pueblo de mucha honra  por ser el  Primer Cardenal de Venezuela.
Entre 1935 y 1940, fue notable de la recuperación económica de los caficultores de Santa Cruz de Mora, la construcción del templo adquirió un nuevo impulso, lo propio sucedió con la dotación de imágenes adquiridas por el Reverendo Padre Luís Apolinar Granados.
El cultivo del café sentó las bases para la consolidación de esta parroquia, desarrollados alrededor de las “Grandes Haciendas”, aumentando así; la ocupación demográfica de la zona[1]. Así que, el cultivo del café sirvió como elemento cohesionador para el establecimiento definitivo de la población en las áreas rurales, prueba de ello son las mas de 20 aldeas existentes en el municipio que están ligadas a grandes haciendas.
 A principio de la década de los 40, se deteriora la salud del Padre Luís Apolinar Granados y fue trasladado a Maracaibo en busca de tratamiento médico más intenso, allá lo sorprendió la muerte el 12 de diciembre de 1941. Fueron paralizados los trabajos del templo, sólo faltaba el frontis en la fachada provisional únicamente había una puerta de acceso, faltaba también la torre y la decoración interna, en cuanto a pintura excluido el presbiterio.
En 1942 llega como sucesor del Padre Luís Apolinar Granados, el Presbítero Humberto Corredor Tancredi continuó los trabajos, en contacto con las fuerzas vivas de la población. Así fue madurando la idea de continuar con el frontis del templo, y más adelante la construcción de la ya famosa torre. Durante 7 años consecutivos, Corredor Tancredi logró terminar el frontis, colocándole puertas y elevar la torre con cimientos profundos, fueron cambiados los techos, construidos los pisos de granito en las 3 naves y los pisos de 6 capillas de las naves laterales fueron ejecutadas como resultado de la colecta pública. Para darle mejor aspecto visual  fueron se instalan 7 vitrales del presbiterio, importados de Europa  donados por la familia Paparoni, quien lo entregó  a nombre de cada uno de sus siete hijos. El vitral de de la Coromoto instalado en el frontis fue adquirido mediante contribución colectiva. Ese mismo año llegó de Italia para instalar en ella el reloj donado por la familia Paparoni.
Fue pintado por primera vez el templo. Concluida la pintura, el Padre Humberto Corredor Tancredi luego de 17 años fue cambiado. Posteriormente, llegó el Padre Alarcón, quien en 1964 realizó el Coro, su estadía fue breve, igual el Padre Durán así como el Padre José (pepe). Durante su administración fue pintando el templo y logró instalar un muy buen sonido.  Su sucesor el Padre Enrique Moreno tuvo 14 años de fructífera labor, en la cual fue pintada el templo dos veces y fue aumentando el número de escaños, adquirió el actual Sagrario dorado. Por su parte,  Alfredo Torres tuvo 10 años en esta parroquia cumpliendo su labor sacerdotal junto con el Padre Olivo y la colaboración de la feligresía, reconstruyeron los altares principales, luego el Mayor, el altar que sirve de trono a la Patrona y el que sirve de sede al sagrario, fue pintado el templo en sus paredes internas y externas.
La sucesión continuó, en esta oportunidad la parroquia contó con la asistencia  del presbítero Javier Melán, este en su estadía realizo algunos trabajos y modificación en la nave central. Le siguieron los presbíteros  Petronio Carrero, José Gregorio León,  Francisco Chacón, Javier Muñoz, Jesús Quintero hasta la llegada del los sacerdotes Giovanni Escalona, Amilcar Lobo, Jhon Emir Dugarte Edicson Montilla y  Alexander Rivera, jóvenes y entusiastas con grandes ambiciones, quien de la mano con el pueblo de manera organizada, lograron la readecuación de parte del templo.










                                               

                                                Autor: 
                                     Licdo. Jesús Eduardo Otálvares Ontiveros 
                                                                  Historiador  Municipal.



Fuente para la Investigación:
  • LUIS PAPARONI. “Iglesia del Carmen de Santa Cruz de Mora y su valiosa pintura mural del clásico artista Marcos León Mariño”. Santa Cruz de Mora. 1995.

  • PEDRO CUNILL GRAU. Geografía del Poblamiento venezolano en el siglo XIX. Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República, 1987, (tomo 1). 
 
  


[1]           Pedro Cunill Grau: Geografía del Poblamiento venezolano en el siglo XIX. Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República, 1987, (tomo 1). p. 89.
SANTA CRUZ DE MORA, MUNICIPIO ANTONIO PINTO SALINAS. MERIDA- VENEZUELA